sábado, 16 de junio de 2012

¿SOMOS LIBRES EN NUESTROS ACTOS?

Echemos un vistazo al experimento de Stanley Milgram que revolucionó la psicología del pasado siglo y una nueva aplicación actualizada del mismo. Después de verlo, la libertad y la obediencia ciega cambian un poco ante nuestros ojos. ¿Qué os ha parecido? Interesante, ¿verdad?

jueves, 15 de marzo de 2012

CONTRA LOS RECORTES EN EDUCACIÓN Y LA DEMAGOGIA PSEUDO-PROGRESISTA.




Yo me considero progresista porque creo en el progreso, en el cambio a mejor, en que la humanidad vaya conquistando cada vez más cotas en la dignidad de sus vidas y en el bienestar de sus familias y en la libertad de sus decisiones. Pero a la base de una vida digna, lo que sustenta el progreso de la sociedad, lo que permite tomar decisiones autónomas y pensar con libertad, aquello que abre nuestras mentes, que nos ofrece posibilidades para el futuro y nos hace más y mejores personas, eso tan preciado y muchas veces olvidado es la EDUCACIÓN. Recortar en educación es recortar en progreso, recortar en dignidad, recortar en libertad, recortar en humanidad. Relegar a nuestro pueblo a una educación de segunda es convertir a los ciudadanos en personas de segunda, en trabajadores de segunda, en ciudadanos de segunda... o de tercera.

El miércoles 29 de febrero han empezado los estudiantes a movilizarse contra los recortes educativos y en apoyo a aquellos estudiantes valencianos que fueron duramente reprimidos por la policía mientras se manifestaban por una mejora en sus condiciones educativas. Parece que esto no es más que el principio de un movimiento estudiantil que dará mucho que hablar en los meses venideros. Y yo me quiero sumar a esos estudiantes y animarlos a que luchen por su dignidad, por su libertad, en definitiva, por una educación de primera que les permita ser, el día de mañana, ciudadanos, personas y trabajadores de primera también.

Sin embargo, al mismo tiempo, y en tanto que soy profesor de Secundaria y que sufro los efectos de una educación defectuosa y en decadencia, me gustaría hacer un par de puntualizaciones a mis propios alumnos y a todo aquel que desee contemplar la actualidad educativa desde otro punto de vista.

Vaya por delante que cualquier recorte en educación es perjudicial. En educación como en sanidad o justicia no debería recortarse porque hacerlo supone siempre un recorte de derechos, de progreso y de prosperidad. Por tanto, invertir menos, reducir profesorado, limitar material, no renovar equipos o no dotar a los centros de la tecnología adecuada, etc. va en detrimento de la calidad educativa y merma las posibilidades que nuestros alumnos tienen de buscar un futuro mejor. Y estos son los recortes que ahora están sobre la mesa, porque no hay dinero, porque estamos en crisis, porque hemos malgastado y despilfarrado todos nosotros aquella abundancia (quizá ficticia) en la que nadábamos sólo unos años atrás. Y merece la pena luchar para que no se produzcan esos recortes, pero hay que hacerlo sin demagogia, sin lo que he dado en denominar demagogia pseudo-progresista. No vale decir que la educación se va al traste porque vaya a haber menor inversión económica. Y no vale, no porque no sea verdad, que lo es, sino porque la educación ya se ha ido en gran medida al traste antes de los actuales recortes.

Por supuesto que si todos estos recortes materiales y en recursos humanos pudiesen evitarse sería estupendo y yo apoyaré a quien lo intente.

Pero contra lo que hay que luchar con ahínco y sin desfallecer es contra los recortes educativos que vienen produciéndose desde mucho antes de la crisis económica y que han hecho que nuestros alumnos sean los peor preparados de la historia reciente de España y, por supuesto, de Europa. Un sistema educativo como la LOGSE que, provista de medios en abundancia, sin recortes materiales sino, muy al contrario, cargada de profesores de apoyo, ordenadores portátiles, libros de texto gratuitos, pabellones deportivos, pizarras digitales y un sinfín de cosas todas ellas útiles pero insuficientes, un sistema educativo como este, digo, ha conseguido a base de principios pedagógicos irreales y/o erróneos que se recorte en lo más importante, a saber, en conocimientos, en preparación, en esfuerzo, en competencias, en definitiva, en dignidad y libertad de nuestros alumnos. Alumnos que no saben pensar críticamente porque no tienen los conocimientos ni las herramientas intelectuales que les permitan hacerlo, que no saben expresarse por escrito con fluidez porque nunca han visto la necesidad de esforzarse para aprenderlo pues pasaban (y pasan) de curso automáticamente con todas las asignaturas suspensas... alumnos de este tipo hay muchos en nuestros centros. Y eso sí es tener recortada la educación.

Pues bien, esos que se autoproclaman progresistas, con las mejores de las intenciones (no lo niego), no han hecho sino estancar nuestro sistema educativo, disminuir las posibilidades de futuro de nuestros hijos, perpetuar la distancia entre las clases sociales impidiendo que los menos favorecidos adquieran la preparación necesaria para salir de su precariedad.

Los recortes empezaron hace ya muchos años, y ahora van a agravarse por la situación económica, pero no hagamos demagogias. Nuestro sistema educativo necesita dinero y medios humanos, pero aún más urgente es la recuperación de unos niveles de exigencia mínimos que nos saquen de los vagones de cola europeos. Ser progresista en educación no es sino defender que nuestros alumnos saquen el máximo partido de sus estudios, que estén preparados para el mundo laboral y académico, que sean investigadores, profesionales y docentes cualificados como los que más.

Dejémonos de partidismos excluyentes. Hay que luchar contra los recortes educativos, contra todos ellos y, principalmente, contra los que impiden a nuestros alumnos ser más personas, más dignos y más libres.


Manuel Calvo Jiménez.

Doctor en Filosofía.

Profesor de Secundaria.

miércoles, 7 de marzo de 2012

RECORTAR EN EDUCACIÓN


Todos los ciudadanos debemos estar contra los recortes en los servicios públicos, sobre todo en lo referente a los servicios públicos básicos y fundamentales como son la sanidad y la educación.
Pero ¿qué es RECORTAR?

En nuestra sociedad actual "recortar" sólo parece ser INVERTIR MENOS. A menos dinero, -se argumenta-, menos material, menos profesionales, menos centros educativos (u hospitales), menos calidad del servicio. Y tienen razón quienes así se expresan.

Pero "recortar" también es INVERTIR PEOR, porque cuando se gasta mucho dinero pero en cosas innecesarias o inútiles, el dinero no llega a donde debería llegar y, por tanto, también se obtiene menos calidad en el servicio público de que se trate.

Pues bien, esto es lo que ha venido sucediendo en la educación española, no desde que está el PP de Rajoy, sino desde que se implantó la LOGSE. Desde hace quince años o más nuestros alumnos han visto cómo su educación ha sido recortada año tras año, cómo sus conocimientos descendían en comparación con otros alumnos europeos o de la OCDE (como indica el informe PISA). Y eso sucedía mientras los alumnos que no aprendían pasaban (y siguen haciéndolo) de curso con todas las materias suspensas y aquellos otros de conductas "disrruptivas" (los que dan la lata, vamos) seguían impunes en las aulas campando libremente. Y también sucedian aquellos y estos recortes mientras se llenaban las aulas de ordenadores portátiles que se rompían al instante y que servían principalmente para entrar en el tuenti o chatear con amigos de otras clases, y mientras se instalaban pizarras electrónicas que los profesores no sabían manejar. Y los alumnos, sin saber más informática que antes (sólo, si acaso, ofimática vulgar que sabe hasta mi madre con sus sesenta y pico años y su buena voluntad) apenas si saben escribir correctamente y, por supuesto, nada de lectura comprensiva o escritura inteligible. (Espero que no lea esto ningún alumno LOGSE porque no entenderá qué significa la mayoría de los vocablos -¿vocablo?- quí utilizados).

Es cierto, ahora con los recortes económicos, nuestros ignorantes alumnos, además de no saber lo que podrían y deberían, tendrán que acostumbrarse a ser más compañeros (y compañeras) en las aulas, no podrán disponer de aulas TIC ni de, probablemente, calefacción en invierno y eso empeorará la educación notablemente. También será difícil sustituir a los profesores que estén de baja y, los que sigan trabajando, tendrán que hacerlo más horas y con menos sueldo. Y eso también contribuirá a hacer que todo vaya peor.

Por tanto, luchemos contra los recortes, contra todos los recortes y no nos olvidemos que, al final, lo que tenemos que conseguir es que nuestros alumnos aprendan, sean más doctos, más personas, mejores ciudadanos y disfruten de más posibilidades de futuro. Y digo yo que eso no es necesariamente tan caro como imaginamos. Un poquito de exigencia, un poquito de colaboración de los padres y la sociedad... y poco más. Eso sí, no nos sigan bajando los sueldos a los funcionarios, ¡por Dios! No sólo de ideas vive el hombre (ni el profesor, ni el médico) -incluyendo a las profesoras y médicas, como no podía ser de otra manera).

Si tengo la fortuna de que ABC publique un artículo relacionado con este tema, os lo haré saber. Besos amigos bloggeros.

miércoles, 15 de febrero de 2012

LA IMPORTANCIA PRÁCTICA DE LAS IDEAS


Muchos consideran que la Filosofía no es algo práctico. Pues sí, señores, lo es. Las ideas son capaces de cambiar el mundo. Por lo menos Thomas Carlyle no tenía ningún tipo de dudas sobre esto cuando dijo:

"Hubo una vez un hombre llamado Rousseau que escribió un libro que sólo contenía ideas. La segunda edición se encuadernó en la piel de los que se habían reído de la primera".

¿Tienen o no tienen poder las ideas?

Filósofos y demás pensadores del mundo: ¡cambiémoslo!

domingo, 5 de febrero de 2012

PEDAGOGOS Y OTRAS AUTORIDADES EDUCATIVAS

Dice Muriel Barbery en su conocida obra "La Elegancia del Erizo":

"LOS QUE SABEN HACER LAS COSAS, LAS HACEN;
LOS QUE NO SABEN, ENSEÑAN A HACERLAS;
LOS QUE NO SABEN ENSEÑAR, ENSEÑAN A LOS QUE ENSEÑAN;
Y LOS QUE NO SABEN ENSEÑAR A LOS QUE ENSEÑAN, SE METEN EN POLÍTICA
".

¿Qué lugar ocupan los pedagogos, inspectores y delegados de educación? ¿Saben ellos hacer las cosas? ¿Saben ellos enseñar a hacerlas?

¿Y los políticos de más alto nivel?

Definitivamente, el mundo está al revés.

viernes, 3 de febrero de 2012

Sobre la reforma educativa del PP

No me gusta por el partido al que pertenezca, sino por los contenidos. Creo que merece la pena invertir 12 minutos en escuchar a Carlos Martínez Gorriarán. Como profesor me siento presionado por la Administración para bajar el nivel de exigencia y subir los aprobados. O cambiamos esto o el futuro lo veo muy negro.

viernes, 20 de enero de 2012

MISTERIO E INMORTALIDAD (Introducción)



MISTERIO E INMORTALIDAD
(O cómo la Filosofía podría sustituir a las religiones -en algunos casos-)
Manuel Calvo Jiménez
Sevilla,enero de 2012








EL MISTERIO DEL SER
¿Por qué eres?
¿Por qué eres tú?
¿Y por qué me amas?
Caigo sin agarraderas donde asirme,
y caigo, y caigo sin fin
en tus brazos.
¿Por qué me amas?
¿Por qué te amo yo tanto?
Y tú me respondes con el silencio
de tus besos,
con el roce de tus manos
sobre mi cuerpo grávido.
Como una sombra en medio de la noche;
como una ráfaga de viento
en el huracán fiero;
como un reflejo tímido en medio
del cegador desierto…
así yo soy
casi nada en medio de Todo.
¿Por qué yo? ¿Por qué tú?
Sellas mis labios
con tus labios quedos.
Silencio.

(Para la cena de despedida del curso 2010-2011 del grupo de AAFi Sevilla)
Manuel Calvo. Sevilla, junio de 2011

Un instante antes de que hubiese humanidad el “individuo” antropomórfico estaba sentado sobre la máxima de las seguridades. La realidad era algo firme, inamovible, pétreo, constante. La seguridad de las leyes de la naturaleza y el instinto ciego lo eran todo para una mente que podría decirse que estaba apagada. Era la felicidad del paraíso donde nuestros ancestros no sufrían ni morían precisamente porque desconocían del todo su propia existencia.
El problema surgió cuando algún afortunado-desdichado comió de la manzana evolutiva del conocimiento. La luz de la autoconsciencia se encendió y, al tiempo, desapareció el suelo de debajo de los pies. Antes todo encajaba, todo tenía su porqué, su explicación en tanto que no había nadie que hiciese preguntas. Ahora, la felicidad máxima de sentirse vivo, la verdadera vida autoconsciente se ve acompañada por la ineludible y paradójica muerte que todo lo trunca. Nacer es aparecer a la luz de la existencia para, en ese mismo instante, rodar hacia el oscuro abismo de la muerte. Y en el camino queremos asirnos a cualquier cosa que nos frene un poco, que retrase lo inevitable.
Pero lo que antes era fácil, ahora es complicado; no entendemos el mundo, la naturaleza; no conocemos los porqués ahora que nos urgen las respuestas porque han aparecido las preguntas. El suelo está cada vez más lejos de nuestros pies. Siempre lo había estado, de hecho, pero ahora lo sabemos y aparece la angustia existencial. Ante la ausencia de explicaciones atribuimos alma a todos los fenómenos naturales, tratamos de explicar todo lo misterioso atribuyendo al orden natural un “logos” oculto aunque incomprensible para nosotros. El misterio lo envuelve todo; el hermano árbol, la hermana pantera, la sagrada montaña... esconden los secretos que al ser humano se le escapan. Era el denominado “animismo”. No obstante, la digestión de la manzana evolutiva aún no había terminado.
Durante milenios, cientos de milenios más bien, habíamos percibido algo grandioso en toda la realidad, un enorme misterio profundo tras cada cosa, en cada ser vivo, en el oscuro cielo estrellado y en las nubes tormentosas. Había algo, no sé qué, aun dentro de nosotros mismos. Y nos fuimos acercando poco a poco al misterio, pero cuando nuestros dedos estaban a punto de tocarlo, desaparecía la magia y aparecía la dura realidad. El uso constante de la razón, el tesón en la búsqueda de respuestas ante el asombro y “maravillamiento” que nos producía lo real, fue disipando dudas, aclarando enigmas que, por arte de ciencia, se iban convirtiendo en tosca y chata materialidad. La filosofía (que en sus orígenes incluía a todo tipo de ciencia) fue desmenuzando la realidad con su logos o, quizá, fue encontrando el logos intrínseco preexistente de lo real, y, con ello, el propio asombro ante lo misterioso fue asombrándonos menos cada vez. Pero todas las explicaciones juntas no pudieron (ni pueden todavía) con el Misterio con mayúsculas: a saber, el porqué de la existencia y el qué tras la muerte. Más aún, es el enfrentamiento con la muerte el que nos permite apreciar el valor de la existencia y asombrarnos ante ella.
Habíamos ido construyendo un considerable suelo científico sobre el que apoyarnos, sí; pero nos ocurre lo mismo que al niño aprendiz de brahman. Este le preguntó al maestro cuando trataba de explicarle que el mundo se apoyaba sobre un elefante, que sobre qué se apoyaba ese elefante y el maestro no supo qué contestar (otras versiones cuentan que el maestro contestó que el elefante se apoyaba sobre una tortuga de fortísimas patas). Del mismo modo, el aún aprendiz humano se preguntó sobre qué está apoyado nuestro suelo científico. Y la respuesta sigue siendo un misterio. “Todo se apoya en Dios”, responden algunas religiones monoteístas occidentales. Y el misterio sigue quedando sin resolver en cuanto no sabemos qué es Dios ni si tal Dios es en modo alguno. Y, de hecho, seguimos presintiendo algo mágico, maravilloso, asombroso en la realidad que nos rodea. Seguimos teniendo esa experiencia de lo “sagrado” que no nos abandona ni cuando somos descreídos de las religiones convencionales. La ciencia ha seguido escarbando, los últimos restos de manzana paradisíaca hacen aún efecto en nuestras conciencias. Y Stephen Hawking, por ejemplo, ha sustituido a Dios por la ciencia, o por el big-bang. Pero ¿sobre qué se apoya su “elefante”? ¿Cuál es el último (primer) porqué y qué habrá tras la muerte?
Hay un hueco; el suelo sigue estando sobre un abismo; el “Gran Elefante” (Dios) ha sido sustituido por una “Gran Tortuga” científica que no tiene donde apoyarse. Y toda la realidad y nosotros con ella caemos y caemos abismo abajo sin tener la mínima perspectiva de tocar fondo.
Quizá, la propia caída libre, el propio caer sin fin podría ser la solución al enigma. Una solución que se basa en el propio enigma, sin deshacer su magia, para esclarecer los últimos interrogantes.
Teniendo presente una especie de “teoría filosófica de la relatividad” podemos percatarnos de que (siguiendo con la analogía del suelo), si todo cae, si la totalidad de lo existente cae sin otro sistema de referencia con respecto al cual podamos constatar que todo cae, entonces en realidad nada cae. El propio hecho de estar cayendo sería relativo al sistema de referencia con respecto al cual caemos. Por tanto, en la medida en que no hay tal sistema de referencia, podemos aceptar que todo está como está sin más, inmóvil. El hecho mismo de que la realidad sea un abismo (Abgrund), esto es, que no tenga un porqué anterior a ella misma, el hecho mismo del misterio de la existencia deja de ser un problema para ser una solución. La pregunta heideggeriana de “¿por qué es el ente en general y no más bien la nada?” deja de ser ahora un interrogante y pasa a ser una afirmación. El misterio es la solución al misterio. Lo sagrado se materializa, sí, pero no para dejar de ser sagrado y pasar a ser chata y roma materialidad, sino para ser materia poderosa y “mágica”.
Veremos cómo es esto posible.
Por un lado, tenemos el miedo a la muerte y el deseo de inmortalidad.
Por otro lado, la “intuición” pre-racional de un gran misterio, de una faceta maravillosa de la realidad oculta tras lo inmediato-material.
Nuestra teoría defiende que ambas cosas pueden ser combinadas racionalmente para ofrecernos una cierta perspectiva esperanzadora que haga innecesario el recurso a la religión como asidero existencial.
En el título de este artículo, no obstante, advertíamos que dicha esperanza filosófica era útil sólo “en algunos casos”, ¿por qué? Porque el ejercicio de la filosofía, el esfuerzo de la abstracción exige una entrega, una preparación y una valentía que no todo el mundo puede ni está dispuesto a dar. Y sin embargo, ellos, como todos los demás, necesitan respuestas a sus interrogantes más íntimos.
La Filosofía no es como la Medicina, sino más bien como el ejercicio físico. Por mucho que un entrenador personal sepa, de nada te servirá su sabiduría si tú mismo no haces los ejercicios que te indique. Estar en forma exige sacrificios y sufrimiento, no hay fórmulas mágicas. Del mismo modo, la Filosofía no le sirve para nada a aquel que no la practica. El maestro de Filosofía sólo puede mostrarte el camino pero cada cual debe seguirlo por sí mismo si se atreve y tiene fuerzas para ello.
La Medicina se asemeja más a la Religión. Sin que el enfermo sepa absolutamente nada de medicina puede servirse de la sabiduría del médico para curarse sin esfuerzo. Pueden tomarse píldoras o someterse a intervenciones en las que el enfermo, muy al contrario de estar activo, suele estar inconsciente. Y aun así, o más bien gracias a lo cual, se cura. Del mismo modo, la Religión nos da esperanza sin esfuerzo alguno por nuestra parte. Sólo nos exige ponernos en sus manos, cerrar los ojos, entrar en la inconsciencia y “curarnos”.
Igual que todos no pueden ser médicos, no todos pueden ser filósofos. La Medicina es necesaria. La Religión, también.
El artículo que me dispongo a escribir es para aquellos que quieren curarse ellos mismos, para los pocos valientes dispuestos a realizar el ejercicio de la razón. Intentaremos situarnos en el principio del camino, mostrarles la senda que nosotros hemos seguido en la indagación sobre el misterio del mundo1 para dejar luego que cada cual explore personalmente los lugares maravillosos a los que conduce.